lunes, 28 de junio de 2010

un libro abierto


Por las sorisas entrecortadas por el humo, los atardeceres sentados en un banco, hablando, simplemente hablando. Las tardes de verano de sol torrante en el cuello, los baños frescos y el cesped verde dando un toque de color, cutre pero con significado propio. Por las noches eternas, los sueños compartidos, las risas, los momentos de compañía, el día a día llevadero. Los años que pasan volando, las personas se colocan en diferente lugar, que sera de nosotros? me pregunto, que será de mi?. Mientras intento encontrar a la unica endorfina viva que queda en mi cerebro, me place pensar que los recuerdos siguen ahí, y aunque los añore y no vuelvan aunque lo intente con todas mis fuerzas son parte de mí. Cada una de las personas que me ha dado un cacho de sí mismo, del cuál, he aprendido y lo tengo guardado en alguna parte de mi cuerpo, ese cúmulo de cachos soy yo, son ellos. Las copas venenosas del deseo, los dias sin luz, los pasillos largos rodeados de gente, las calles de madrid, los sueños que esconden sus bares, la pena oculta en las suelas de los zapatos de la discoteca, el olor del otoño, el frio que te cuaja los ojos, el largo camino que queda por recorrer y espero que esto no sea un adios, ni un capitulo nuevo de mi vida, sino, que simplemente continue asi tal como está.

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